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Igualdad de oportunidades e igualdad de resultados

Lo que todos queremos es la igualdad en todos los aspectos, es el sueño, el deseo de muchos, que van desde lo laboral, educativo, económico, religioso, político, social, entre otros, igualdad de oportunidades en lo personal y en lo general. La igualdad de oportunidades tiende a confundirse con igualdad de resultados, por lo que trataremos de diferenciarla a través de sus definiciones y características. La primera es una idea de justicia social donde todas las personas tienen las mismas posibilidades de alcanzar el bienestar con todos los derechos. La segunda es un concepto de justicia social que defiende la igualdad real en el aspecto de los derechos humanos tanto económicos, sociales, culturales, como civiles y políticos. Lo difícil es alcanzar una igualdad real y sólida en cada una de las sociedades. Existen muchas divisiones, aunque la ley y los derechos humanos ofrezcan todo para el cumplimiento de la igualdad para todos. Es por ello, que tendríamos que decir que las oportunidades iguales para los individuos, no generan resultados iguales, siempre el resultado será diferente, ya que las personas tienen también características distintas y objetivos diferentes. Jamás podremos decir que igualdad de oportunidades y la igualdad de resultados es lo mismo, aunque ambos tengan la misma finalidad, y el sueño de alcanzar la igualdad de oportunidades para el bienestar social con los derechos civiles y políticos. En conclusión, podríamos decir, que las oportunidades son las obtenidas para la construcción o alcance de algo, son las bases, los pilares, el desarrollo sólido para generar algo; y los resultados son los logros, producto o ganancias a partir de algo. Podríamos citar que en el aspecto político se promete “igualdad” pero realmente lo hacen desde la igualdad de resultados; la realidad es que los sistemas no aplican la ley a todos por igual, la realidad es que los individuos tienen derecho a recibir y para algunos la obligación simple de dar. Para algunos la igualdad es una fachada para ofrecer lo inalcanzable; se escudan en ella para lograr objetivos e intereses personales. Esther R.